El pasado 7 de enero fallecía Amparo Pernichi, que fue vocal de acción humanitaria de la CAONGD desde octubre de 2012 hasta abril de 2015. Desde la Coordinadora, en esos momentos difíciles, compartimos el cariño que sentimos por ella quienes formamos parte de esta plataforma y de sus organizaciones, así como el recuerdo permanente de su sonrisa, con su familia y personas allegadas. Especialmente lo hacemos con las compañeras de Paz con Dignidad, organización de la que formó parte antes de ejercer como concejala del Ayuntamiento de Córdoba. Dado que son ellas quienes mejor han podido recoger su gran capacidad de trabajo, de crear y hacer crecer redes, su compromiso y su generosidad, reproducimos la nota publicada por la organización.
Ella tuvo esperanza y su lema, A por todas, fue también el mensaje de ánimo que pudimos enviarle en la última asamblea de la CAONGD. Gracias por tanto, compañera, y vuela alto.
Ayer falleció nuestra compañera Amparo Pernichi, trabajadora incansable y militante siempre comprometida con las luchas sociales y la solidaridad internacionalista.
A por todas. Esa ha sido la expresión de Amparo para afrontar la difícil enfermedad contra la que estaba peleando desde noviembre. Y esa idea refleja a la perfección su actitud vital frente a las situaciones difíciles, los conflictos, las injusticias.
Amparo trabajó en Paz con Dignidad entre 2010 y 2015, coordinando las actividades de la organización primero en Córdoba y luego en toda Andalucía. Siempre dispuesta a aportar esfuerzos para impulsar los movimientos emancipadores, lo mismo dio charlas que coordinó seminarios, hizo textos, formuló proyectos y representó a la asociación en múltiples foros. Y, sobre todo, se dedicó a tejer con esmero redes entre los diversos colectivos sociales que luchan por la transformación de las relaciones de poder.
Desde 2015 estaba en excedencia en Paz con Dignidad, ya que salió elegida concejala de Izquierda Unida en el ayuntamiento de Córdoba y repitió cuatro año después. En su trabajo institucional, como delegada de medio ambiente e infraestructuras en la primera legislatura y como concejala de la oposición en la segunda, nunca dejó de estar conectada con las organizaciones sociales de la ciudad ni renunció a sus principios internacionalistas.
En la solidaridad con Palestina, Nicaragua, Colombia; en las luchas y resistencias contra el poder corporativo en todo el mundo; en la construcción de alternativas transformadoras de carácter feminista, ecologista y anticapitalista. Ahí siempre estuvo Amparo, permanentemente dispuesta a echar una mano para impulsar redes contrahegemónicas transnacionales.
Era una persona valiente y generosa que no dudaba en implicarse dedicando trabajo, esfuerzo y pasión en la construcción de solidaridad, igualdad y dignidad de las mayorías sociales. Tanto en Córdoba como en cualquier otro lugar en el mundo. Tuvo un firme compromiso de vida con la transformación de las relaciones de poder y con la necesidad de cambiar un modelo socioeconómico que destruye la vida.
En su día a día compartía y contagiaba la certeza de que lo colectivo es la mejor herramienta para la transformación y la resistencia. Para la construcción de esperanza e ilusión que es imprescindible en los cambios sociales y políticos emancipadores. Quizás por eso siempre estaba ahí para echar una mano con lo que fuera necesario en las organizaciones y redes de las que formaba parte. Incluso en situaciones muy duras por el contexto político, por la complejidad de los procesos sociales o por la existencia de conflictos internos. No se echaba para atrás ni se ponía de perfil. Sabías que si la llamabas, iba a ofrecer todo el apoyo que pudiera.
Era una compañera imprescindible e incansable. Tenía una fuerza y una capacidad de trabajo inmensa que volcaba en Paz con Dignidad, en Izquierda Unida, en Córdoba Solidaria, en la Coordinadora Andaluza de ONGD, en las campañas de solidaridad con los pueblos oprimidos y las comunidades en resistencia. Lejos de mostrar agotamiento, su mirada optimista, alegre e inquieta nos animaba para seguir a por todas.
Ha sido un honor haber podido compartir el camino con Amparo. Que la tierra te sea leve, compañera.