Haití está afrontando un año 2021 de enormes dificultades. A los retos sanitarios, económicos y sociales derivados de la pandemia se les suma las consecuencias del terremoto ocurrido el día 14 de agosto y el paso de la tormenta tropical Grace cuando se comenzaban a desarrollar las labores de rescate y asistencia humanitaria de emergencia, aún en marcha. Estas catástrofes naturales han llegado en medio de la convulsión política ocasionada por el asesinato del presidente Jovenel Moïse, con grupos armados que controlan algunas zonas del país en una situación caótica.
Un balance actualizado de las consecuencias del terremoto eleva a más de 2.000 las víctimas mortales y a más de 12.000 las personas heridas. Las cifra de personas en situación de vulnerabilidad extrema se sitúa en torno a las 700.000 en Haití, donde han quedado destruidas más de 60.000 viviendas.
Con todos estos antecedentes, la cooperación internacional en el país caribeño es un elemento fundamental para intentar garantizar unas mínimas condiciones de vida para miles de personas en situación de vulnerabilidad extrema —unas 700.000 según el balance de algunas ONGD—. Las ONGD andaluzas que trabajan directamente sobre el terreno o las que canalizan ayuda a organizaciones haitianas, realizan en estos momentos principalmente labores de ayuda de emergencia —en ámbitos como la alimentación, agua potable y saneamiento— y de prevención ante posibles epidemias o brotes infecciosos debido a las condiciones higiénicas y sanitarias en las que ha quedado gran parte del país.
De forma resumida, están son algunas iniciativas que están llevando a cabo entidades socias de la CAONGD:
La prioridad de la respuesta de emergencia de esta organización es la mejora del acceso al agua potable y al saneamiento seguro para prevenir brotes de enfermedades, y a la distribución de suministros de nutrición, higiene y otros que pueden salvar vidas, según ha precisado el director de Acción contra el Hambre en Haití, Roseval Supreme, quien ha añadido como fundamental el “apoyo en materia de salud mental a los miembros de la comunidad y a los trabajadores de primera línea, ya que está claro que este acontecimiento ha traumatizado de nuevo a muchas personas que vivieron la devastación del terremoto de 2010”.
La ayuda enviada desde España por la ONGD incluye módulos de potabilización de agua, a la espera de tener más detalles del análisis de necesidades que están realizando, puede llegar a incluir “el despliegue de dos especialistas españoles, un logista y una coordinadora de agua, saneamiento e higiene, en las zonas más golpeadas y afectadas por el terremoto”, como indica Noelia Monge, responsable del equipo de Emergencia de Acción contra el Hambre.
La respuesta humanitaria de Alianza por la Solidaridad-ActionAid en Haití incluye llegar a 2.000 familias más con apoyo alimentario, refugio, artículos esenciales como mantas, almohadas, utensilios de cocina y kits de higiene para mujeres y niñas. Los equipos de emergencia también planean ampliar los programas existentes que brindan apoyo en efectivo y alimentos a alrededor de 30.000 familias.
Redes de mujeres están dando socorro de emergencia, incluidos primeros auxilios y apoyo a mujeres y niñas en riesgo de violencia de género en las áreas de Haití más afectadas por el mortal terremoto, y que incluye servicios de protección y primeros auxilios en espacios seguros en Roseaux y Beaumont. Las mujeres y las organizaciones dirigidas por mujeres lideran la respuesta de ActionAid durante las emergencias porque están en una posición única para responder a las necesidades específicas y que afectan de manera desproporcionada a las mujeres, las niñas y grupos marginados, incluido el mayor riesgo de violencia de género, indican desde la organización.
La entidad en Haití ha lanzado una intervención de distribución de alimentos y un kit básico de higiene acompañando de algunas herramientas para improvisar pequeños albergues temporales para las familias cuyas viviendas se han desplomado. Se estima entre 50 y 60 las familias a las que se puede asistir con esta intervención.
CESAL realiza básicamente distribuciones en los 3 departamentos afectados por el terremoto: Sur, Nippes y Grand Anse. Constan de kits de higiene, alimentos y materiales de construcción por parte de los equipos de CESAL que contactan directamente con las beneficiarias. Cada animador asiste entre 6-9 familias en las diferentes localidades. La entrega se hace directamente a las personas beneficiarias de la ayuda.
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Las organizaciones socias haitianas han creado un Comité de Emergencia para la gestión de la respuesta. Desde Alboan y Entreculturas, en el marco de la Red Xavier, están evaluando la situación para poder atender a la población, especialmente a la más vulnerable, como son los niños, niñas o comunidad refugiada, centrando la respuesta en dos etapas:
“En medio de estas grandes tragedias, los artículos más necesarios son los de primera necesidad y no perecederos”, destaca Michaud Levelt sj, director nacional del Servicio Jesuita a Migrantes. Por su parte, Jean Denis Saint Félix, superior Jesuita en Haití, añade que “en las próximas semanas sin duda enfrentaremos el problema de escasez de agua potable y alimentos” y lamenta la imposibilidad de brindar la atención necesaria debido a la inexistencia de infraestructura médica.
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La organización se ha puesto en marcha para hacer llegar ayuda económica a la zona de emergencia, trabajando desde la delegación de InteRed en República Dominicana, en colaboración con nuestras entidades socias en Haití. Para ello ha abierto varias vías de donaciones.
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La Fundación Jóvenes y Desarrollo está vinculada al movimiento salesiano y sus misioneros están preparados para ayudar a las personas afectadas por el terremoto de Haití. Misiones Salesianas tiene abierta de forma permanente una línea de donaciones económicas.
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Desde la entidad afirman que están siguiendo con enorme preocupación, a través de las comunicaciones constantes con sus socios locales en la Región Sur del país, el devenir de los acontecimientos. Desde el principio, Manos Unidas ha contactado con diversos socios locales, especialmente los que están en la zona donde se ha producido el terremoto. Todos reportan daños importantes y hablan de catástrofe, pero no tienen muchas pérdidas personales.
En estos primeros momentos, van a faltar elementos de primera necesidad, como agua, productos de higiene, comida o medicamentos. Los socios de Manos Unidas sobre el terreno están evaluando qué tipo de kits de emergencia serán más necesarios y nos harán saber sus necesidades una vez decidan cuál es la mejor manera de proceder. Por ahora , Manos Unidas ha puesto ya a disposición de sus socios locales en Haití 200.000 euros para dar respuesta a las necesidades más urgentes.
Lucas Bolado, coordinador de proyectos de Manos Unidas en Haití, precisa que “actualmente tenemos en la Región Sur dos proyectos abiertos con socios locales -Caritas Les Cayes e ITECA- capaces de responder a emergencias y que están ya evaluando daños y las posibles respuestas”. También otros de los socios locales que la ONG de la Iglesia católica tiene en Puerto Príncipe, que está a 3 ó 4 horas de distancia, podrían intervenir un poco más adelante dependiendo de la logística y necesidades.
En 2010, Manos Unidas, que llevaba ya 30 años trabajando en Haití, puso en marcha proyectos de emergencia desde el mismo momento del seísmo y ha mantenido su compromiso de décadas con el país, focalizando el apoyo en los sectores productivos, educativos y sanitarios.
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El personal de la entidad está haciendo frente a los desafíos actuales, especialmente en Nippes, donde ya están apoyando a cuatro hospitales.
Además de los retos sanitarios, económicos y medioambientales, la respuesta a esta crisis supone un gran desafío logístico. Una de las mayores dificultades es cómo hacer llegar la ayuda a las zonas afectadas, ya que las carreteras están cortadas y muchas no son accesibles, aunque Protección Civil ya está despejando algunas de ellas. Llegar a Nippes, Grande Anse y el Sur es difícil. La zona más compleja es el paso de Martissan, donde hay bandas que podrían poner en riesgo los envíos, por lo que Médicos del Mundo espera que se pueda abrir un corredor humanitario que permita la entrada de ayuda.
“El recuerdo presente del terremoto de 2010 ha hecho que los habitantes de las zonas afectadas entren en pánico y carguen con un gran nivel de estrés”, describe María José Venceslá, coordinadora de Médicos del Mundo España en Haití.
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*Foto de Alianza por la Solidaridad-ActionAid