La COVID-19 y la crisis económica marcan el décimo aniversario de la guerra en Siria

12 marzo, 2021
Noticias

Cuando se cumplen 10 años del inicio de la guerra en Siria, sus efectos siguen siendo devastadores para millones de sirios en todo el mundo.13 millones de personas dentro del país necesitan ayuda humanitaria, según datos de Naciones Unidas. Casi 12 millones de sirios, la mitad de la población del país antes del conflicto, han tenido que huir de sus hogares y están desplazados dentro y fuera de Siria. Unos 5,6 millones de refugiados se encuentran dispersos por todo el mundo, la gran mayoría en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Además, 6,2 millones de personas son desplazados internos, el mayor número en todo el mundo, y la gran mayoría subsiste en condiciones críticas.

Diez años después, la guerra sigue. Durante 2020, zonas civiles e infraestructuras, incluidas instalaciones médicas, fueron regularmente atacadas. Miles de personas murieron o resultaron heridas, y cientos de miles fueron expulsadas de sus hogares. Por ejemplo, casi un millón de personas se vieron obligadas a desplazarse  durante la última ofensiva en el noroeste de Siria, que se prolongó hasta marzo de 2020. Aunque la intensidad de los combates en la zona ha disminuido considerablemente desde que se firmó el último alto el fuego hace un año, muchas personas, incluidas mujeres y niños, siguen fuera de sus hogares y viven en condiciones extremas.

Médicos Sin Fronteras (MSF) es testigo del continuo deterioro de la situación humanitaria en el norte del país, donde sigue operando. Las enormes necesidades que ya tenían tanto los desplazados internos como los habitantes de la zona se han visto exacerbadas por la pandemia de COVID-19 y el colapso de la economía siria a finales de 2020. Para las cientos de miles de personas que viven en los abarrotados campos de desplazados del norte del país, las necesidades humanitarias son vastas y diversas, desde artículos de primera necesidad, a agua, alimentos o atención médica.

“La población se enfrenta a una situación desesperada. No ven ninguna salida al conflicto, ni ninguna señal de mejora. Su situación se ve agravada por una grave crisis económica y la pandemia de COVID-19. Y viven en el miedo constante a una nueva ofensiva militar, que significaría otro desplazamiento y la necesidad de encontrar un lugar seguro en un área geográfica muy limitada”, afirma Francisco Otero y Villar, coordinador general de MSF para Siria.

Un sistema de salud colapsado para lidiar con la COVID-19
Una década de conflicto ha devastado el sistema de salud sirio. Cientos de instalaciones médicas han sido bombardeadas, gran parte del personal médico ha muerto o huido, y todavía hay una escasez desesperada de suministros médicos en muchas partes del país.

Incluso antes de la pandemia de COVID-19, los recursos humanos en el sector de la salud eran extremadamente limitados. Los hospitales a menudo deben compartir personal sanitario para seguir funcionando. En este contexto, el hecho de que algunos sanitarios resulten infectados por el virus y no puedan  trabajar marca una gran diferencia en lo que respecta al acceso a la atención médica. Además, la escasez de suministro de oxígeno en la zona también ha afectado la implementación de una respuesta adecuada en la región.

Dada la limitada capacidad de diagnóstico de COVID-19 en el norte de Siria es difícil conocer la extensión real de propagación del virus en el área. En el norte de Siria se han confirmado casi 30.000 casos y casi 900 fallecimientos por coronavirus. El número de casos ha disminuido en las últimas semanas. Aunque esta disminución se pueda interpretar como una buena señal, también podría estar relacionada con la falta de capacidad de análisis en el norte del país.

Espacio de Formación

Guía de EPD

SUSCRÍBETE AL BOLETÍN DE LA COORDINADORA

Suscripción al boletín

SUSCRÍBETE AL BOLETÍN
DE LA COORDINADORA

Suscripción al boletín
chevron-down