Las necesidades humanitarias en América Latina y el Caribe han aumentado significativamente en los últimos años, en un panorama en el que la región no solo se ve afectada por desastres causados por amenazas naturales, sino también por fenómenos de violencia urbana, conflictos armados y flujos migratorios a gran escala. Ante este escenario, la región ha puesto en marcha un número significativo de mecanismos de coordinación humanitaria impulsados por actores como OCHA o por iniciativas de integración regional, entre otros.
En aras de proveer recomendaciones a la cooperación española para fortalecer la coordinación humanitaria en esta región, el informe «Realidad y perspectivas de los mecanismos de coordinación humanitaria en América Latina y el Caribe: recomendaciones para la Cooperación Española» identifica que, ante los cambios significativos en materia de afectación humanitaria, OCHA ha perdido peso en la coordinación mientras que el ACNUR y la OIM han ganado protagonismo al hilo de la respuesta a la crisis migratoria de Venezuela.
Las recomendaciones para la cooperación española incluyen liderar iniciativas de incidencia política a favor de la coordinación humanitaria regional; promover la localización y ahondar en relaciones más horizontales con la región; apoyar el surgimiento, la consolidación, y la coordinación entre los foros humanitarios de la sociedad civil; fortalecer los procesos de formación humanitaria a nivel regional; fomentar la incorporación del triple nexo y establecer fondos de carácter plurianual.