España continúa por octavo año consecutivo en el vagón de cola de la UE en cooperación, por detrás de Hungría. Mientras la media europea se sitúa en un 0,46%, España se queda apenas en un 0,19%. Muy lejos del histórico 0,7%, de cuyo compromiso se cumplen ahora 50 años.
Pero, además, si enfocamos a las cifras observamos que el Gobierno contabiliza como AOD partidas que no deberían ser consideradas como tal. Estos fondos, llamados ayuda inflada alcanza casi el 12,7%. En el caso de la ayuda bilateral este porcentaje asciende al 42,8% posicionando a España en el tercer puesto de la peor ayuda bilateral y mostrando la peor cara de la AOD española, un componente bilateral anómalamente deprimido y sin calidad.
El Gobierno ha reiterado su compromiso con el cumplimiento del 0,5% al final de la legislatura. La actual negociación de los PGE para 2021, es el momento perfecto para pasar de las palabras a los hechos. El camino hacia el 0,5% exige que el presupuesto para AOD se aumente en 900 millones de euros hasta alcanzar los 3.500. Cuando observamos esta cantidad frente a la que se destina a defensa (20.050 millones), la que se pierde debido a la evasión fiscal (entre 20.000 y 40.000 millones) o los subsidios a los combustibles fósiles (4.400 millones), comprobamos que no se trata de falta de recursos, sino de voluntad real para recaudarlos e invertirlos en políticas que garantizan los derechos humanos, protegen los entornos y la dignidad de la vida.
No solo cantidad, también calidad
El informe de AidWatch demuestra que además de en cantidad, España debe mejorar en calidad de la ayuda. Los fondos destinados a ayuda humanitaria son irrisorios: solo se destina a esta partida el 2,6% del total de la ayuda, una cantidad claramente insuficiente en un contexto de complejas crisis humanitarias y muy alejada de la media europea (7,5%) o de las recomendaciones del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE (10%).
Otra de las líneas de trabajo claramente debilitada en la relativa a la educación para la ciudadanía global; con un 2% de la AOD destinado a esta partida. En un contexto en el que crecen los discursos de odio estos fondos deberían aumentarse al menos hasta un 3%.
La ciudadanía exige medidas
En relación a la política de cooperación, la ciudadanía lo tiene claro. Según datos del Eurobarómetro 2020, la población española continúa siendo la que mayor apoyo ofrece a la cooperación en toda Europa: el 75% cree que la cooperación para el desarrollo deber ser una de las prioridades del Gobierno. Este es el resultado más alto de todos los países de la UE y supone un aumento de 8 puntos con respecto a 2018.
El momento es ahora: las decisiones que se tomen en los presupuestos generales del Estado mostrarán dónde se quiere situar España en el contexto mundial. La apuesta por políticas que contribuyen a la defensa de los derechos humanos, la igualad de las mujeres y la protección del planeta es crucial en un momento como el actual; la cooperación es una de ellas. Confiamos en que el Gobierno escuche a su ciudadanía y pase de las palabras a los hechos.