La ONG lanza El mejor Trato, una campaña para prevenir, visibilizar y atajar comportamientos poco respetuosos hacía la infancia que están normalizadas -falta de respeto, ninguneo, ausencia de escucha, zarandeos, etc-. Cuatro de cada cinco niños y niñas afirman que alguna vez no se han sentido respetados y uno de cada tres asegura que en los centros educativos las personas adultas no tienen en cuenta sus ideas. Un vídeo expone situaciones cotidianas que sufre la infancia y serían impensables en el trato entre personas adultas.
Un marido que le organiza las actividades extraescolares a su mujer; un hombre que se hace daño corriendo y otro lo asiste restando importancia a su dolor y obligándole a seguir la carrera; y un par de empleados cuya directora pide que zanjen una discusión dándose “un besito”, sirven de ejemplo para que la ONG Educo muestre en una pieza visual situaciones cotidianas que los niños y niñas perciben como falta de respeto, y por tanto, formas de violencia, por parte de las personas adultas. “Se trata de un trato que normalmente refleja paternalismo, falta de tacto, dejadez o imposición. Las situaciones chocantes e hilarantes del vídeo dan que pensar porque nos ponen en la piel de los niños y las niñas. Nos interpelan y nos empujan a querer hacer las cosas un poco mejor”, dice Miriam Torán, responsable de Movilización Social de Educo.
Este vídeo forma parte de El mejor trato, la campaña que lanza la ONG Educo - para trabajar junto a la comunidad educativa la necesidad de incidir y sensibilizar sobre estas violencias y promover nuevas formas de relacionarnos. “El maltrato físico o el abuso son acciones evidentes de violencia hacia la infancia, pero hay otros comportamientos como zarandear, no creer, ridiculizar o hacer callar de forma humillante a niños y niñas, que están normalizados en la sociedad y que también son un tipo de violencia. Niños y niñas podrían acabar replicando este tipo de acciones con sus iguales en distintos entornos, como el escolar”, afirma Torán.
Para atajar estos comportamientos es fundamental crear espacios de buen trato en el que las personas adultas demos ejemplo, donde se promueva la escucha y se fomente la participación. La empatía, el respeto y la escucha son los pilares del buen trato y la clave para prevenir la violencia, asegura la ONG que lleva años apoyando a centros educativos y otras entidades que trabajan con la infancia para que sean entornos seguros y protectores. “El Mejor Trato nace para mejorar la participación de niños, niñas y adolescentes en la toma de decisiones en el entorno educativo, donde es fundamental saberse respetado. Todos y todas han de poder expresar libremente opiniones y tener la certeza de que estas, en la medida de lo posible, serán tomadas en cuenta. Solo así podremos reducir la violencia”, dice Torán.
La campaña viene avalada por datos que demuestran una constante: los niños y niñas no se sienten respetados por las personas adultas. Concretamente, cuatro de cada cinco afirman que alguna vez no se han sentido respetados, según una encuesta realizada por la organización a 500 niños y niñas. “Que no se les pregunte, que no se les deje participar o que no se les deje decidir sobre sus necesidades es también violencia. Nueve de cada diez niños y niñas nos han dicho que no se les tiene en cuenta en los asuntos que les afectan. Son cifras que urge revertir”, comenta Torán.
Aunque estas dinámicas suceden en todo tipo de espacios, El mejor trato surge para trabajar de la mano de los centros educativos, lugares donde la infancia y la adolescencia son claramente mayoría, pero en los que todavía sienten que tienen poca voz: uno de cada tres alumnos y alumnas asegura que en los colegios las personas adultas parece que los escuchan, pero finalmente constatan que no tienen en cuenta sus propuestas.
Pablo –14 años, Barcelona- participante de Activa la Escucha, un proyecto de Educo para trabajar la participación y la escucha en los centros educativos, opina en esta línea: “creo que los adultos cometen muchas faltas de respeto cuando nos consideran irrelevantes y no nos escuchan, aunque a veces no se den cuenta”. Pablo, de forma general, considera complicado que los centros educativos lleven a cabo propuestas del alumnado, por eso se siente agradecido cuando se proporcionan espacios de escucha: “Me siento escuchado en asambleas, tutorías y reuniones de delegados. Creo que hay que hacer sentir protagonistas a los niños”.
Educo busca promover experiencias positivas en los centros educativos. “Lo habitual es trabajar las violencias del aula desde el conflicto; a partir de alguna acción inapropiada o indebida que haya tenido lugar. Sin embargo, nosotros promovemos acciones preventivas, basadas en el diálogo y la escucha donde se fortalecen las relaciones entre personas adultas y niños y niñas, generando entornos de confianza y respeto, ya que estos a la larga favorecen la desaparición de las propias violencias. Se trata de trabajar la práctica con los niños, las niñas y los adolescentes y no para los niños, las niñas y los adolescentes. Es importante porque no se trata de un matiz, sino de un cambio absoluto en las dinámicas”, asegura Torán.
Además, Educo lanza una guía para los colegios, en los que se explica y desarrolla la manera de crear el mejor de los tratos en las escuelas. La propuesta se basa en una metodología participativa y su marco teórico es el Arco del Buen Trato de Educo. Este arco gira en torno a cuatro ejes de trabajo: El espacio y el tiempo, que se refiere al cuidado del entorno físico, para que sea naturalizado, limpio, sostenible y estimulante; el lenguaje y la comunicación, que no sea violenta sino asertiva y cordial, cultivando la escucha empática; las emociones y el autocuidado, para propiciar un clima de empatía, confort, afecto y bienestar; y, por último, las relaciones personales y la convivencia positiva, es decir, favorecer la creación de vínculos constructivos, donde prime la acogida y el apoyo mutuo.
Educo lleva muchos años defendiendo que las escuelas sean lugares seguros a través de sus programas, y también incidiendo para que se aplique correctamente la Ley Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) y, en concreto, la figura del coordinador de bienestar y protección. “Han pasado dos años desde su implantación y seguimos viendo que esta figura tan crucial está plagada de lagunas. Está instaurada en los colegios, pero con desiguales e insuficientes resultados. Urge tomársela en serio”, sentencia Torán.
Y porque no vale con no tratar mal, y podemos hacerlo mejor, Educo invita al profesorado de los centros educativos a unirse a la campaña, a que firmen el trato y se hagan buentratistas. Más información en https://www.educo.org/elmejortrato.