
Tras el anuncio de que el proyecto de Ley de Presupuesto de la Junta de Andalucía para 2026 destina solo un 0,037 a Ayuda Oficial al Desarrollo, la presidenta de la CAONGD, Patricia Sánchez, y la vicepresidenta I, Carla Cingolani, han comparecido ante la Comisión de Economía, Hacienda, Fondos Europeos y Diálogo Social para ofrecer la visión del sector durante la tramitación parlamentaria de las cuentas autonómicas. Este ha sido el contenido de su intervención:
Buenas tardes, señorías.
Soy Patricia Sánchez, presidenta de la Coordinadora Andaluza de ONGD. Me acompaña Carla Cingolani, vicepresidenta.
Es la tercera vez que acudo a esta comparecencia, hablando en nombre de más de 70 organizaciones.
Lo hago con la responsabilidad que supone poner la cara por las cientos de miles de personas que nos respaldan en Andalucía, las que creen de verdad y con sus acciones en la solidaridad internacional: aportando cuotas de socias, dedicando tiempo como voluntarias.
Si hablamos de opinión, como recogen las encuestas, ya son millones, la amplia mayoría de andaluces y andaluzas.
Pero, sobre todo, esa responsabilidad es inmensa por los millones de personas que, en más de 50 países, son parte de los procesos de desarrollo que apoyan las ONGD andaluzas.
En este año, desde que vine a sentarme aquí por última vez, han pasado muchas cosas:
Una Conferencia donde entre otros presidentes y mandatarios, vimos al nuestro, al presidente de la Junta de Andalucía hablando de hacer más y mejor cooperación.
Estos tres hechos, en cadena, suponen una inmensa oportunidad perdida para que la Junta de Andalucía no solo fuera “la casa del pueblo” de boquilla, sino que lo representara de verdad: respetando el sentir, la voluntad, y los compromisos adquiridos con andaluces y andaluzas. Es una traición para más de 8 millones de personas, y para quienes trabajamos más directamente en este sector, cada vez en situación más precaria, lo expresaré con dos ideas:
No somos ingenuas, el proceso de desmantelamiento de la cooperación está siendo largo y profundo, ha habido muchos partidos implicados, pero nosotras no vamos a bajar los brazos ni callar. Y si bien nos toca poner nombre a los principales responsables del retroceso de la cooperación andaluza, hoy queremos señalarles también a cada una de las personas aquí presentes, a todos los grupos que representan en esta institución al pueblo andaluz, porque tenéis la responsabilidad y la obligación de escucharlo.
¿Saben? El viernes presentamos en este edificio un informe estatal sobre la Ayuda Oficial al Desarrollo de las comunidades autónomas. 109 diputadas y diputados tiene esta cámara: ninguna quiso presidir el acto representando a esta institución, y solo contamos con la presencia de una diputada entre las personas asistentes. Este ejemplo habla mucho de su nivel de prioridades.
El año pasado nuestra compañera Zaira mostró este gráfico. Como ven, la columna de 2026 que hemos añadido sigue el descenso en picado de los fondos que destina Andalucía a cooperación.
Esta comisión, por su propia temática, debe saber que contar la realidad usando solo las cifras puede hacer que muchas personas no vean qué hay detrás de los números. Y, a veces, intentamos traducir las cifras con imágenes para que se entiendan mejor.
Nosotras vamos a hacer esto, pero no para comunicar nuestro trabajo a la ciudadanía, como hacemos habitualmente, sino para que ustedes entiendan qué pasa cada vez que esta columna se hace más y más pequeña.
Este gráfico corresponde al informe del que les hablaba hace un momento. Hemos traducido en cafés lo que invierte al año cada comunidad autónoma en Ayuda Oficial al Desarrollo. Si ponemos un precio medio de 2€, estamos destinando un café al año por cada andaluz/a para la política de cooperación internacional.
Aquí estamos, un año más, en el vagón de cola de toda España. En 2009, con menos de 34.000 millones de presupuesto, dedicábamos siete cafés por andaluz/a; contando la inflación serían unos cuantos más. Estábamos en el 0,34%. En 2026 serán más de 51.000 millones de presupuesto.
Si hubiésemos mantenido nuestra apuesta y nuestro compromiso por la solidaridad internacional, hoy estaríamos al principio de este gráfico en cuanto al porcentaje de AOD (a día de hoy lo encabeza Euskadi, con casi la misma cifra, un 0,35%); y en esfuerzo por habitante, probablemente a medio camino de las cifras que hoy día manejan Euskadi y La Rioja, en segundo y tercer lugar de este gráfico.
Es impactante, pero no dejan de ser columnas y cafés. ¿Qué hay más allá?
Está Palestina, cada vez más lejos del foco mediático, donde se habla de alto el fuego mientras el genocidio, los asesinatos, siguen día a día. ¿Qué va a hacer la cámara que representa a los andaluces y andaluzas que han llenado las calles durante dos años en apoyo al pueblo palestino? Miraremos las ruinas, luego a otro lado, ¿y ya está?
Detrás de los gráficos hay más. Cada milímetro que bajan las columnas que les mostraba son derechos que se niegan a personas como ustedes y como nosotras. No es dependencia, es justicia.
Congelar un presupuesto ya reducido equivale, en la práctica, a recortar:
Y duele aún más —y debe decirse alto— porque sabemos que Andalucía sí tiene capacidad económica.
Hay otro aspecto fundamental en esta etapa histórica que tiene que ver con el dinero que dedicamos a cooperación internacional. No solo es muy necesaria esta inversión en los países con los que trabajamos, sino aquí, en Andalucía.
Apelamos a su responsabilidad como representantes del pueblo andaluz para recuperar la sensatez y los valores que nos permiten llamarnos “comunidad” frente a minorías que nos quieren enfrentadas, que dispersan odio desde su ignorancia interesada. Las andaluzas y los andaluces no somos eso.
Desde las ONGD creemos en el acercamiento, en las relaciones donde brilla la diversidad, en el diálogo, en no ver a quienes están compartiendo espacio, sea la calle o el planeta, como “el otro”, sino en personas con las que construir el bienestar común. Lo trabajamos en entornos muy diversos en Andalucía desde la Educación para la ciudadanía global. Si seguimos haciendo política para que estas gráficas sean más insignificantes, el rechazo y el odio ganan.
Yo les pregunto, si queremos ignorar la pérdida de derechos tan brutal que contemplamos, queremos que se normalice el genocidio, el crecimiento de los discursos contra las mujeres, las personas migrantes o el colectivo LGTBIQ+…
Todos los grupos aquí representados son corresponsables de una Andalucía y un mundo con reglas y acciones más sensatas, que mire a cualquier persona con la dignidad que todas merecemos. Está en sus manos trabajar por este modelo de convivencia que ponga en el centro a las personas y al planeta.
Están tramitando un presupuesto y hay pasos que pueden dar, sencillamente, para cumplir la Ley y no traicionar la voluntad del pueblo al que representan. Expriman ahora estos márgenes, y desde enero trabajen para no llegar a noviembre con esta comparecencia en los mismos términos.
Presenten enmiendas para no dejar morir la cooperación internacional, interpelen a la consejera con preguntas sobre por qué, en este año histórico de la Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo, las fotos y los discursos dijeron una cosa y los dineros otra. Defiendan las herramientas propias que tiene Andalucía, su Agencia de cooperación internacional, su plan director de la cooperación, apenas tres meses y ya incumpliendo lo poco que promete en dotación presupuestaria. Actúen. Por principios, esperamos, pero si no, porque cuando hagan memoria de su papel en esta institución, puedan decirse a sí mismos que lo hicieron con decencia.